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En imposible entender tanto atropello a los derechos ciudadanos, a tal punto que, ni la tan mentada constitución nacional puede protegernos con todos sus artículos, encisos, fusa y semifusas en su haber que delinean una conducta cívica “IGUALITARIA”. Bueno, la igualdad es una atopia, nunca hubo igualdad y no creo llegar a hacer partícipe de este fenómeno en el corto paso por la vida, la cual usufructuamos con muchos vejámenes los usuarios de este milenio.
Tenía razón Tomas Moro al concebir una palabra tan justificativa, como lo es, la palabra atopia, y le digo más, viene fenómeno para justificar esta perorata. Es tenebroso caer en manos de los representantes de nuestras injusticias de todos los días, digo injusticia por que la palabra justicia es solo rotulo, y para colmo de males totalmente perimidas. Las resoluciones se venden como pan caliente, las resoluciones no las dictan los jueces ni los tribunales, las sentencias son proclamadas por un rematador, quien da más!, y el que no tubo para dar más, es el cristo crucificado, y el sempiterno Poncio Pilato se lava las manos para quitarse el olor del dinero mal habido.
El presidente de la nación nos habló de un nuevo rumbo, la esperanza nunca se pierde y es lo único que no podrán quitarnos estos misántropos de parches en el ojo y filosos garfios.
Quiera dios, y que me disculpe el gran arquitecto del universo por involucrarlo en este escrito, que ese Nuevo Rumbo tan anunciado por nuestro presidente; como diría un paisano que rumbee así a el poder judicial, y fumigue con algún agro toxico de la famosa MONSANTO que en estos menesteres, ellos tienen mucha experiencia, que fumigue todos los rincones del pretorio, pues allí conviven muchas larvas de distintas especies depredadoras, protegidas por el sistema putrefacto comandado por los ilustres representantes de la camorra.
Como dato, los profesionales del derecho que transitan diariamente los pasillos del poder judicial de la ciudad de saltos del Guaira capital del departamento de Canindeyú, tienen quejas a montones como cuentas de un rosario para muestra sobra un botón, caminando eso pasillos escuche criticar ofuscadamente a un tal Lorenzo Lezcano a según fiscal, pero que dejaría mucho que desear, su compromiso con la justicia y los ciudadanos de estos lares, a según los improperios de estos profesionales que no realiza su trabajo como corresponde y que no sería un profesional apto e idóneo para una función tan delicada y neurálgica.
Tenía razón Tomas Moro al concebir una palabra tan justificativa, como lo es, la palabra atopia, y le digo más, viene fenómeno para justificar esta perorata. Es tenebroso caer en manos de los representantes de nuestras injusticias de todos los días, digo injusticia por que la palabra justicia es solo rotulo, y para colmo de males totalmente perimidas. Las resoluciones se venden como pan caliente, las resoluciones no las dictan los jueces ni los tribunales, las sentencias son proclamadas por un rematador, quien da más!, y el que no tubo para dar más, es el cristo crucificado, y el sempiterno Poncio Pilato se lava las manos para quitarse el olor del dinero mal habido.
El presidente de la nación nos habló de un nuevo rumbo, la esperanza nunca se pierde y es lo único que no podrán quitarnos estos misántropos de parches en el ojo y filosos garfios.
Quiera dios, y que me disculpe el gran arquitecto del universo por involucrarlo en este escrito, que ese Nuevo Rumbo tan anunciado por nuestro presidente; como diría un paisano que rumbee así a el poder judicial, y fumigue con algún agro toxico de la famosa MONSANTO que en estos menesteres, ellos tienen mucha experiencia, que fumigue todos los rincones del pretorio, pues allí conviven muchas larvas de distintas especies depredadoras, protegidas por el sistema putrefacto comandado por los ilustres representantes de la camorra.
Como dato, los profesionales del derecho que transitan diariamente los pasillos del poder judicial de la ciudad de saltos del Guaira capital del departamento de Canindeyú, tienen quejas a montones como cuentas de un rosario para muestra sobra un botón, caminando eso pasillos escuche criticar ofuscadamente a un tal Lorenzo Lezcano a según fiscal, pero que dejaría mucho que desear, su compromiso con la justicia y los ciudadanos de estos lares, a según los improperios de estos profesionales que no realiza su trabajo como corresponde y que no sería un profesional apto e idóneo para una función tan delicada y neurálgica.
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